Las colaboraciones entre empresas y centros de formación profesional están revolucionando la educación y el mercado laboral. Estas alianzas estratégicas permiten a los estudiantes adquirir habilidades prácticas y experiencia directa, al tiempo que proporcionan a las empresas acceso a talentos emergentes y fomentan la innovación. Esta sinergia no solo mejora la empleabilidad de los estudiantes, sino que también contribuye al desarrollo económico y social.