Alfred Sloan es el fundador de la gestión corporativa moderna. En los años 1920s, nos dijo que quienes estuviésemos en el mundo de los negocios, debíamos dejar de lado nuestras emociones en la mesa de casa tras terminar de desayunar para dirigirnos a nuestro centro de trabajo.
Esta era una de las enseñanzas de aquella época, independientemente si uno era un CEO, un estudiante, un carpintero. En los negocios, enseñó Sloan, se debe ser racional y objetivo, y no personal. Tenías que desconectar las peculiaridades de la personalidad para poder funcionar; esta fue una mecánica que funcionó muy bien para su época y el contexto histórico, pero no es una fórmula recomendable para el siglo XXI. Al menos, en Occidente.
¿Por qué enseñar o viralizar contenido de una forma tan hiperracional de gestionar la vida corporativa? Porque los emprendedores y startups en Occidente o que han aprendido de esta manera tan generalizada, dicho grosso modo, deben aprender que en su proceso de internacionalización encontrarán que esta escuela de pensamiento sloaniano es la imperante.
Caballeros, asumo que estamos completamente de acuerdo con esta decisión. Por tanto, propongo que pospongamos la posterior discusión sobre esta cuestión hasta la próxima reunión para darnos tiempo de desarrollar el desacuerdo y quizá ganar en comprensión acerca de la decisión tomada
Alfred Sloan
Sí, mucho de lo que se estudia hoy en día en un MBA nació durante los años de Sloan como presidente de General Motors; fueron 33 años que incluso el Instituto Tecnológico de Massachussets usó su nombre para la escuela de negocios MIT Sloan School of Management.
La trayectoria profesional de Alfred Sloan en General Motors ofrece más que valiosas lecciones para emprendedores y startups en cuanto a la transformación de la gestión corporativa. Aquí hay algunas lecciones importantes:
La filosofía de gestión de Sloan enfatiza la importancia de reducir los precios para estimular el empleo y el crecimiento empresarial. Pese a la diferencia de carácter, sigue siendo la piedra angular de las estrategias organizativas exitosas. Su legado se extiende más allá de General Motors, la empresa que transformó, influyendo en generaciones de líderes y pensadores de gestión. Los principios de agilidad, innovación y aprendizaje continuo que Sloan defendió son fundamentales en el dinámico entorno empresarial actual.
En esencia, las prácticas de gestión innovadoras de Alfred Sloan se han arraigado en el tejido de organizaciones bien gestionadas en todo el mundo. Su legado como pensador creativo y líder transformador continúa dando forma a cómo las empresas operan y se adaptan a la dinámica cambiante del mercado. Desde su trabajo pionero en General Motors hasta su influencia duradera en el pensamiento de gestión moderno, los principios sloanianos siguen siendo un faro para las organizaciones que buscan el éxito sostenible en el panorama competitivo actual.