El historiador israelí, Yuval Noah Harari, escribió en su libro 'Homo Deus': "El problema crucial no es crear nuevos empleos. El problema crucial es crear nuevos empleos en los que los humanos rindan mejor que los algoritmos." Hay muchas reflexiones que hacer para apoyar y aún más para estar en desacuerdo con esta afirmación; la innovación en el campo laboral está transformándose como nunca pero lo que sí está claro es que, pese a las desavenencias en su gestión pública, la formación profesional responde a los desafíos para que los nuevos empleos se sirvan de los algoritmos.
Los desafíos de la formación profesional son diversos y abarcan aspectos como la comunicación, la integración con el mercado laboral, la atracción de estudiantes, la actualización de perfiles, y la superación de prejuicios. La formación profesional se enfrenta al reto de comunicar sus beneficios no sólo a una población adolescente y de jóvenes adultos, sino para aquellos Generación X que requieren reeducarse o reciclarse para continuar su cualificación. Usted habrá notado cuántos prefijos re- hay en este párrafo.
En un contexto con un exceso de graduados universitarios en el mercado laboral y una demanda creciente de perfiles intermedios y técnicos, donde muchos de los primeros se gradúan con carreras cuyos temarios no han sido adaptados a esta nueva era o no saben cómo acomodar a la disrupción tecnológica, la formación profesional responde o debe hacerlo en este sentido.
Uno de los desafíos de la formación profesional es su integración con el mercado laboral local, trabajando en estrecha colaboración con empresas para asegurar una respuesta formativa de calidad y de rápida empleabilidad. Otro desafío importante es la atracción de estudiantes, ya que algunas titulaciones de formación profesional no resultan atractivas para los jóvenes (y para los menos jóvenes también), a pesar de contar con un alto grado de inserción laboral; por ejemplo, de acuerdo con una publicación del año 2019 del Boletín Oficial del Estado, de las 20 ocupaciones con menos cobertura pero muy bien remuneradas, 18 se ubican en el sector naviero. La atracción de estudiantes en este sentido es un problema cultural de nuestros días.
Asimismo, la actualización de perfiles y la superación de prejuicios también son desafíos relevantes, ya que la formación profesional aún los sufre por parte de la sociedad y las familias en general; algunos datos sí son alentadores al respecto: de acuerdo con Educaweb (España) la FP superó por primera vez el millón de estudiantes en el curso 2021-2022, lo que supone un incremento del 29,8% en 5 años, siendo la familia de Sanidad la que más aumentó en matriculaciones.
La formación profesional se relaciona estrechamente con la ley de la oferta y la demanda, ya que su propósito es ajustarse a las necesidades del mercado laboral. La Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional en España pretende transformar el sistema de formación profesional para que sea capaz de responder con flexibilidad a las demandas de los sectores productivos y a las aspiraciones de cualificación profesional de las personas a lo largo de su vida. Esta relación se evidencia en varios aspectos:
Esta ley de la oferta y la demanda también se aplica ya a la educación universitaria. En otro artículo, exploraremos un lado más humanístico pero pragmático sobre esta cuestión.